Integrante de una generación dorada de la pluma chubutense y dueño de una prosa con sello propio, Marcelo Ignacio Bravo fue un referente del periodismo político en nuestra región.
Ayer, informó diario EL CHUBUT promediando las 16, esa llama que lo impulsaba a escribir se apagó y con él se fue uno de los periodistas más reconocidos, de ésos que hacen escuela con la simpleza de los grandes, conjugando suspicacia e ironía para narrar con impronta registrada la realidad misma.
A los 60 años el conocido «Negro» Bravo falleció producto de las dolencias que en los últimos días le impidieron informar con el caudal y la pasión que durante una década reflejó a diario a través del portal de noticias Rawsonline.net.
Su incisiva e irónica pluma generó no pocas polémicas durante su vasta trayectoria en distintos medios gráficos y por los años ’90 EL CHUBUT fue su casa, condimentando las páginas políticas para el deleite de los lectores y brindando una cátedra diaria a quienes por ese entonces daban sus primeros pasos en la redacción. También sembró su mirada de la realidad en el mundo de la radio y trabajó para la Radio Televisión Alemana en español.
Nació el 8 de enero de 1953 en Olaeta, una pequeña localidad cordobesa cercana a Río Cuarto. Realizó sus estudios primarios como pupilo en el Colegio Monserrat de Córdoba Capital, ciudad en la que también se formó como periodista cursando sus estudios en la Universidad Católica Argentina. Desde su incipiente juventud abrazó la causa revolucionaria y eso lo llevó a exiliarse en Alemania durante la última dictadura militar, para regresar finalmente a la Argentina tras 5 largos años alejado de sus raíces. El regreso se dio en el marco de la campaña iniciada por el ex presidente Raúl Alfonsín invitando a los exiliados a volver al país, y fue en ese entonces que Marcelo Bravo conoció a uno de los principales referentes del radicalismo chubutense, marcando esto su decisión de radicarse y adoptar como suya la provincia del Chubut.
Su personalidad y su gran sentido del humor lo llevaron a entablar fuertes lazos de amistad con colegas y distintas personalidades del mundo de la política y la actividad social, conformando así su propia familia, independientemente de los legados de la genética.
El «Negro» Bravo le hizo honor a su apellido y reflejó su bravura a través de la pasión. Fue un hombre de ideas firmes y él mismo resolvió cómo sería el protocolo al momento de su partida. Sus restos serán sepultados hoy a las 11:30 en el cementerio privado de Puerto Madryn, y no hubo velatorio en respuesta a su expreso pedido. Como tal vez él no imaginó, su desaparición enluta a la familia del periodismo chubutense.