Los comicios del 11 de agosto tomaron una relevancia más grande de cara a octubre. Los motivos.
Las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) cobrarán una relevancia diferente en estas elecciones. Es que terminarán de definir no sólo los candidatos en algunas categorías (no las de principal relevancia), sino que servirán como el termómetro final que esperan varios gobernadores e intendentes para terminar de “apostar a ganador”. De ser consideradas por el Gobierno como «un gasto» a pasar a ser una de las claves electorales, la consideración de las PASO dio un giro de 180°.
En los dos principales frentes para los comicios, el oficialismo (Juntos por el Cambio) y la oposición central (Frente de Todos), son conscientes de esta situación. Tanto el presidente Mauricio Macri como su principal contendiente Alberto Fernández saben que hay leales y especuladores. Ellos procuran tener buena relación con todos ellos pero serán las PASO las que terminen de definir.
La clave estará en los números ya que en un escenario de polarización extrema las avenidas del medio de achican. La tesis es simple (y compartida por ambos frentes): La fórmula Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner será la más votada en las PASO pero la distancia con el binomio Mauricio Macri – Miguel Ángel Pichetto será la clave.
Los cálculos de ambos búnkers son casi idénticos. Si la diferencia es de seis o más puntos, el 11 de agosto las chances de reelección de Macri pasarán a ser casi nulas. La carta que barajan desde el riñón del PRO para evitar esa brecha con los Fernández es netamente económica: para ser reelecto, Macri necesita que las variables del mercado, que parecen haber tocado ya su piso, se mantengan iguales o mejor y para eso necesita dar una certeza de poder competir.
Una distancia de esa magnitud podría generar que la paz cambiaria, la baja de tasas de interés, el desaceleramiento de la inflación y el leve repunte en el consumo pasen de ser un “principio de recuperación” a un “veranito financiero” como el que sucedió entre enero y febrero de este año.
Si la distancia es de cuatro o menos, el panorama cambia 180° ya que la percepción pasa a ser de una posible victoria de Macri y como consiguiente, una nueva apuesta de los mercados. Hoy en día casi todas las encuestas dan al binomio Macri-Pichetto a menos de cuatro puntos de distancia, pero siempre y cuando se mantengan las variables económicas mencionadas anteriormente.
“Es un equilibrio frágil, pero estamos mejor que antes”, se ilusionan en los pasillos de la Casa Rosada. ¿Pero en la política cuál es el escenario después de las PASO? Esa pregunta es otro de los interrogantes que en ambos lados tienen algunas certezas. Por eso en ambos equipos de campaña ya dejan de hablar de segunda vuelta y remarcan que, con este escenario, la definición podría llegar en octubre.
“Tanto Alberto como Macri saben que muchos gobernadores e intendentes van a jugar a ganador. La foto sin apoyo real en el territorio queda como algo lindo en redes sociales nada más”, explicó uno de los armadores territoriales del Frente de Todos. Para graficar esa situación, hay cinco grupos en donde se dividen las provincias.
Las que tienen acuerdo político cerrado, con campaña incluida, a favor de Alberto Fernández.
Las que tienen el mismo tipo de acuerdo a favor de Mauricio Macri.
Las que tienen también el mismo tipo de acuerdo, pero a favor de Roberto Lavagna
Las que acompañan a Alberto Fernández pero no tienen un compromiso electoral
Las que van con boleta corta sin candidato presidencial.
¿Qué explica esas categorías? Que la tijera de corte recién entrará a jugar en octubre y no en agosto. Intendentes y gobernadores buscarán jugar a ganador después de las PASO. “Se juntan con nosotros, después van al Patria y así sucesivamente. Esa lógica va a seguir hasta agosto”, explican en la Casa Rosada.
El propio Sergio Massa, según pudo saber este medio, analizó lo mismo en su entorno y trasladó esa preocupación de cara a agosto. “Las negociaciones que hicimos, en donde cerramos, fueron prolijas, tranquilas y sin sobresaltos. Pero como hay indecisos en cuestión de voto también lo hay en cuestiones de apoyo”, remarcan.
Al final del día cada uno de nosotros vamos a hacer lo que más nos convenga. Pero esa decisión se va a tomar con el resultado de las PASO en mano, no antes”
Para ese juego de tira y afloje tanto Macri como Fernández tiene sus estrategias. Desde la Casa Rosada, para los gobernadores, como también desde el círculo íntimo de la gobernadora María Eugenia Vidal, para los intendentes, les remarcan que la relación e independencia de fondos que tuvieron con ellos no se podría repetir con el kirchnerismo.
“Ni con Alberto, ni con Kicillof van a estar tranquilos en cuanto a fondos”, sostienen una y otra vez tanto desde Balcarce como desde Calle 6.
¿Cómo busca neutralizar esto Fernández? Con la política partidaria. Una de las medidas que remarcan que mejor utilizó su equipo de negociaciones es utilizar al Partido Justicialista como una vía de negociación institucional sobre todo en las provincias en donde los mandatarios no se encuentran del todo convencidos de jugar por una u otra fórmula en agosto.
“Al final del día cada uno de nosotros vamos a hacer lo que más nos convenga. Pero esa decisión se va a tomar con el resultado de las PASO en mano, no antes”, le dijo a BigBang un recientemente electo mandatario provincial.