Por un menor impacto al esperado de la devaluación durante septiembre y octubre, sumado al efecto “anticipo de consumos” en un contexto de elevada inflación y marcada incertidumbre, y de la mano de las distintas medidas adoptadas por el Gobierno, la actividad económica se contraería en un nivel menor al esperado, indica Ámbito.
Así lo pronosticó una consultora privada, que mejoró sus proyecciones para este año y que señaló que, si se excluye al agro, la actividad presentaría un crecimiento cercano al 1% en el promedio de 2023. El consumo privado, que presentaría también un alza cercana a ese porcentaje, explicaría parte de la mejora.
Un estudio de Ecolatina analizó el desempeño de la economía y destacó que el impacto de la sequía en términos de actividad fue “considerablemente menor al esperado”.
“Los efectos directos del fenómeno climático sobre el sector agropecuario fueron de magnitud (de hecho, el agro mostró caídas incluso más pronunciadas que las de 2009), pero no se trasladaron fuertemente al resto de la economía, salvo efectos puntuales en algunos sectores asociados (maquinaria agrícola, agroquímicos, algunos rubros industriales de alimentos y bebidas, transporte)”, resaltaron.
“Desde la óptica de la demanda doméstica, detrás de este comportamiento creemos que prima un efecto ‘act now’ (anticipar consumos): en un año electoral, con una fuerte aceleración inflacionaria, un contexto de elevada incertidumbre y un restrictivo cepo cambiario, siguieron imponiéndose los efectos ‘los Pesos queman’, al tener en cuenta que las compras de bienes (y también pueden ser determinados servicios) se utilizan como alternativa de ahorro o como formas de adelantar consumos”, analizaron desde la firma.
En ese contexto, estimaron que incluso la devaluación del tipo de cambio oficial llevada a cabo en agosto, “tendrá un efecto negativo menor al esperado sobre la demanda interna y la actividad económica en general de septiembre y octubre, en contraste a otros periodos con devaluación”. Se da, resaltan, porque el consumo fue utilizado como herramienta de “protección” en un escenario de elevada inestabilidad.
Este fenómeno se suma a las medidas adoptadas por el Gobierno para intentar paliar los efectos de la devaluación sobre el poder adquisitivo y orientadas a, justamente, sostener el consumo privado. “No obstante, estas medidas tampoco son gratuitas: los incrementos en los ingresos y la implementación de determinadas medidas de transferencias a hogares convalidan la inflación, lo cual retroalimenta el proceso hacia adelante”, explicaron.
A su vez, el informe resaltó que “desde el ángulo de la oferta, a lo largo del año, al reaparecer el trade-off entre reservas y actividad, el Gobierno priorizó a esta última, apelando a distintas fuentes de financiamiento para compensar el faltante de divisas por la sequía”.
En ese sentido, el estudio resaltó el crecimiento en la deuda comercial con importadores de bienes y mencionó que “la contracara de privilegiar el sostenimiento de la actividad y el empleo se refleja en un stock de reservas netas en mínimos históricos”.
De todas formas, desde Ecolatina mejoraron nuevamente la proyección de crecimiento para 2023. “Detrás de esta decisión se encuentran datos de julio y agosto mejores a lo esperado, en conjunto a una devaluación con un efecto recesivo acotado dado que compensa el efecto ‘act now’ y las medidas del Gobierno para intentar sostener el consumo”.
Así, desde la firma estiman que la economía caería en torno al 1,5% interanual en el promedio del año (a comienzos de octubre, ya había revisado su estimación previa y proyectaba una contracción del 2,2%). Además, resaltaron que, sin contar al sector agropecuario, la actividad exhibiría “un crecimiento algo menor al 1% i.a. en el mismo periodo”. “Además, este escenario viene acompañado de un consumo privado que exhibirá un crecimiento en torno al 1% i.a. en el promedio del año”, concluyó el estudio.
Proyecciones
Siguiendo con los datos oficiales, la economía creció en agosto por segundo mes consecutivo en la variación desestacionalizada (1,3% frente a julio) y mejoró 0,3% en la comparación interanual. De acuerdo a algunas estimaciones privadas, se habría sostenido en septiembre.
Por caso, tal como señaló el Índice General de Actividad de Orlando Ferreres, la actividad creció 0,2% interanual en el noveno mes del año, aunque se contrajo 0,2% en la medición desestacionalizada. “Sin embargo, vemos grandes diferencias en la situación de los distintos sectores: por un lado, la actividad en minas y canteras sigue liderando la marcha económica, y la actividad comercial resultó el segundo sector de mayor incidencia positiva en septiembre. En la otra punta, la actividad agropecuaria, la industria, y la construcción muestran los resultados más bajos”, analizaron desde la firma.
Y proyectaron que “para los próximos meses esperamos ver un mayor declive económico, cuya magnitud dependerá de la forma más o menos ordenada en que se haga la transición del poder político”.
En la misma línea desde ACM estimaron: “Hacia el cierre del año, prevemos que la economía continúe contrayéndose, principalmente debido a la incertidumbre política tanto como económica. La aceleración inflacionaria, la falta de divisas y la ampliación de la brecha cambiaria probablemente tengan un impacto negativo sobre algunos sectores. En resumen, anticipamos una contracción anual de la actividad económica cercana al 2,9%”.