A ocho meses de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, el “Proyecto Mirar” se propone monitorear su acceso.
El debate en el Congreso por la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) fue largo y reñido. Duró años. La ley finalmente fue votada el 30 de diciembre, en enero se promulgó, en mayo se publicó el protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la IVE y a la interrupción legal del embarazo (ILE), una guía a los equipos y centros de salud acorde a la Ley 27.610, que en agosto se reglamentó. ¿Se cumple la ley?
El Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) e Ibis Reproductive Health lanzan este miércoles el Proyecto Mirar, que se propone monitorear la implementación de la ley para que este nuevo derecho se garantice y sea una realidad en la vida cotidiana de niñas, adolescentes, mujeres y otras personas gestantes.
¿Por qué monitorear la ley?
«La aprobación de la ley de legalización del aborto fue un punto de inflexión en la conquista de derechos de las mujeres. Fue un hito de nuestra democracia. La historia jugó fuerte para que eso sucediera. Luego de la ley comenzó otra historia. La historia del ejercicio efectivo de ese derecho, la historia de la capacidad y voluntad del Estado nacional y los estados provinciales de hacerla cumplir, la historia del compromiso de conciencia de los equipos de salud para proveer una atención de calidad, la historia de la sociedad civil para reclamar por los desvíos de la ley, la historia del periodismo para mantener el tema en agenda. Todo eso es lo que ahora se necesita mirar», dice a Clarin Silvina Ramos, socióloga, investigadora del CEDES e integrante de REDAAS (Red de Acceso al Aborto Seguro de Argentina).
«Sabemos que los derechos de las mujeres están siempre amenazados. Y se necesita fortalecerlos con políticas públicas, el mejor instrumento para crear e igualar oportunidades. El proyecto mirar se propone inaugurar esta nueva etapa con un ojo vigilante y constructivo, con producción de información y con diálogos con actores políticos para generar inteligencia colectiva para garantizar este nuevo derecho», agrega Ramos.
Manifestantes a favor de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo festejan frente al Congreso la aprobación de la ley
«En cualquier política pública, la presentación del programa o la sanción de la ley que le da origen, es el punto de partida. Sin implementación, no logramos nada. Pero la implementación no es estática: hay que seguirla, mirarla, compararla, ver desde el punto en el que parte, ver cuán homogénea es en algunos aspectos y cuán heterogénea… donde tiene fortalezas y dónde requiere ajustes. La política de IVE ILE requiere el seguimiento al igual que otras, pero además porque toca de cerca el bienestar y la salud de las personas y tiene efectos potenciales directos sobre sus decisiones, explica a Clarin Mariana Romero Médica, directora ejecutiva e investigadora del CEDES y CONICET e Integrante de REDAAS.
«La ley es un momento vital del proceso de legalización y legitimación del acceso al aborto seguro, pero que no arrancó ni termina ahí. Y las leyes, bien lo sabemos, no hacen magia aunque ofrezcan ganancia simbólica y algunas garantías institucionales. Se necesita trabajo arduo, tomar decisiones, diseñar mecanismos, organizarse para que adquiera fuerza práctica, para que realmente sea un derecho en la vida cotidiana de las mujeres, adolescentes y niñas -continúa Romero-. Y a veces este trabajo los gobiernos no los llevan a cabo, o incluso cuando algo intentan, están rodeados de actores con poder que una y otra vez minan estos esfuerzos. Entonces, a la ley hay que hacerle seguimiento»,
El 80 por ciento de las jóvenes en el país apoya el aborto legal.
«Este seguimiento es para monitorear pero también como una manera de contribuir con información a ideas a la política pública de salud sexual y reproductiva«, suma Agustina Ramón Michel, abogada, investigadora del CEDES, integrante de REDAAS.
«Es un tema que políticamente está planteado de modo guerrero. Significa mucho haber reconocido por ley que las personas gestantes tienen derecho a disponer de sus cuerpos, que tienen el poder para decidir si reproducirse o no, que tienen esa inmensa libertad; eso disgusta enormemente a algunas personas e instituciones. Porque el aborto, en tanto tema que trae la vida y la muerte sobre la mesa, genera sentimientos intensos que no siempre se logran procesar con la ambigüedad necesaria y se traducen, en cambio, en actitudes rígidas«, agrega Ramón Michel.
«Hay muchos discursos absolutos, que no tienen lugar en el derecho. La fuerza del derecho no está en lo absoluto, pero eso es algo que no parecen entender quienes defendían criminalizar a las mujeres como manera de proteger a la vida en gestación -asegura la abogada-. Habrá que estar atentos con el derecho a la objeción de conciencia, que la ley 27.610 reconoce a los profesionales de la salud que intervienen en la práctica, pero asignándoles deberes y límites».
Tres análisis del debate
Como parte del trabajo, el Proyecto Mirar ya hizo tres análisis sobre cómo fue el debate de la IVE en el Congreso, cómo se trató el tema en las redes sociales y cómo fue la cobertura en los medios de comunicación.
Con respecto al debate de diciembre de 2020, se usó un software especial para rastrear la frecuencia de palabras en cada una de las intervenciones de diputados y senadores. Y luego, los cien términos más utilizados en las intervenciones los relacionaron con voto, partido político, edad e identidad de género.
Entre quienes apoyaron el proyecto, las intervenciones giraron principalmente alrededor del tema sanitario (23,39%), feminista (18,07%) y reparador (13,49%). Entre quienes rechazaron el proyecto, se centraron en lo bioético (28,26%), sanitario (15,21%) y constitucional (14,65%). Las legisladoras más jóvenes fueron las que más hablaron de «clandestinidad, seguro y muerte», mientras que los legisladores más añosos se centraron en el discurso «bioético y constitucional».
La vigilia por la aprobación de la ley en el Senado comenzó un día antes. Foto: Rolando Andrade Stracuzzi
Parte del análisis de las redes sostiene que «la comunidad más numerosa y activa fue la Verde». Algunas razones: «el mayor apoyo a la IVE se observa entre las mujeres jóvenes de alta actividad en Twitter» y porque «les usuaries más educades y de distritos más populosos son más actives en redes sociales y de opiniones más favorables a la legalización del aborto».
Sobre la cobertura periodística, el análisis se hizo en base a notas publicadas entre el 30 de noviembre de 2020, fecha de ingreso del proyecto, y el 31 de diciembre de 2020, un día después de aprobada la Ley. Son 1913 piezas textuales e incluye crónicas, entrevistas, noticias y notas de opinión.
El análisis habla de un «universo heterogéneo de tópicos, argumentos y voces». Asegura que todos los medios destinaron gran cantidad de notas al debate del aborto. Que la mayoría de las opiniones fueron a favor. Y resalta un tópico compartido por todas las voces: El aborto es un problema. Y que de allí lo que varió fue la valoración de los efectos sociales, psicológicos, morales y legales».