Mariela, una de las feriantes de la Saladita, remarcó su apoyo a Ruth Torres como referente de la comisión de quienes allí trabajan y pidió que la Municipalidad tome cartas en el asunto.
“Estoy acá más que nada por la asistencia y en apoyo a Ruth. Somos representantes de la Saladita pidiendo hacer efectivas las garantías para trabajar el sábado. Que el municipio se haga cargo del adicional o nos dé alguna respuesta de pasos a seguir porque la policía se llevó todo lo que habíamos recaudado y ahora no sabemos los pasos a seguir para poder trabajar que sin adicionales no se puede”, enfatizó.
Y agregó que, de ser así, estarían expuestos a robos. “Lo de los adicionales está incluido en el protocolo de la Saladita, que el año pasado se cerró por la pandemia, volvimos por un tiempo y nos volvieron a cerrar, hasta que Ruth y la comisión se pusieron firmes con el protocolo que incluye la seguridad, y que no haya aglomeración de gente, la policía controla todo eso”, determinó.
En diálogo con FM La Petrolera 89.3 MHz, la feriante indicó que acudieron al edificio municipal a pedir alguna respuesta: “con Ruth estoy orgullosa porque gracias a ella volvimos a trabajar durante la pandemia, sino hasta hoy capaz no podíamos volver”, subrayó.
“Acá se puso un monto al principio de 60 pesos dos días, ahora se llegó a un acuerdo por 50 pesos, pero a veces cuando la gente no vende, no se le cobra, no es que se le obliga. Hay varios feriantes que incluso son nuevos y tienen puestos en otros lugares en el centro y no quieren pagar, ayudar y apostar con la gente, y sin el adicional nos cierran la feria y todos nos quedamos sin trabajar”, detalló Mariela.
En cuanto a los allanamientos, dijo que la sorprendió: “a ese señor Espín ni siquiera lo conocemos, apareció hace poco en la Saladita y todo lo que hizo, que supuestamente tiene otra comisión, ninguno de la gente de la feria se enteró de eso. Nadie sabe que hay otra comisión, no sé qué apoyo de la gente tiene él, quiénes son en su comisión”, disparó.
La feriante remarcó que ellos sí tienen un listado de gente, lo que se firmó y el apoyo que le brindan a la comisión de la Saladita, y que “la Municipalidad aprobó el protocolo pero no querían pagarnos el adicional, entonces nosotros decidimos poner de nuestro bolsillo, colaborar entre todos porque si no pagamos, no podemos trabajar y llevar el pan a la casa”.
“Estoy hace unos cinco años en la feria, mi marido se había quedado sin trabajo y empecé vendiendo ropa usada. Así estoy sobreviviendo con esto, vendiendo en la Saladita porque ninguno de los dos tenemos un trabajo fijo. Este es el sostén de la familia”, concluyó.