Pareciera que el presidente Alberto Fernández no leyó el informe de un organismo que depende de la Presidencia de la Nación: SIEMPRO (Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales) que explica el aumento de la pobreza con el crecimiento de los empleos registrados por el empobrecimiento del valor de la fuerza de trabajo registrada, no registrada y del cuentapropismo informal. Tener trabajo, incluso registrado, dejó ser una condición para salir de la pobreza, indica Clarín.
Incluso, no tuvo en cuenta la opinión de especialistas que señalan que los más pobres sobredeclaran ingresos y los más riccos, subdeclaran, lo contrario de lo que afirma el Presidente. Es decir, habría más pobres que los que surgen de la propia medición del INDEC.
El último Informe de SIEMPRO referido a pobreza (segundo semestre 2022 que se agravó en mayor medida durante 2023 por la disparada inflacionaria) destaca que:
• Mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se incrementó en 514% entre 2017 y 2022, la canasta básica total lo hizo en medida casi igual pero la alimentaria aumentó 558%. Por su parte, el salario medio de los trabajadores evolucionó apreciablemente por debajo: 429% en el caso de los no registrados y 415% en el de los registrados, lo que explicaría en parte que una creciente proporción quedaran en situación de pobreza. El salario mínimo vital y móvil, por su parte, crece menos de 300% (la mitad que los precios).
• Las mayores incidencias de la pobreza sobre la población ocupada tienen lugar en el caso de los trabajadores más desprotegidos: cuenta propia no profesionales y asalariados no registrados (alrededor de 40%) y trabajadoras domésticas, 45%.
• Si se consideran, en cambio, evoluciones relativas (empobrecimiento), las categorías que más intensamente lo experimentaron fueron los asalariados registrados, tanto públicos como privados, entre los cuales la pobreza se incrementó en más de un tercio.
• A pesar de su presunta mayor capacidad de negociación, estos trabajadores –principalmente de jornada completa– vieron deteriorarse el ingreso de sus hogares en mayor medida que otros. Las ocupaciones asalariadas informales, así como también el servicio doméstico –que representa alrededor de un quinto de la ocupación femenina– y las que albergan a los cuentapropistas no profesionales, se caracterizan por niveles de remuneración inferiores y en consecuencia registran un mayor peso entre los trabajadores situados por debajo de la línea de pobreza.
• Tener un plan – equivalente a la mitad del salario mínimo- puede permitir a una persona o familia salir de la indigencia pero no de la pobreza.
• Se admite que en la medición de la pobreza a través de la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) las personas y familias pobres declaran tener más ingresos que los reales por el “efecto vergüenza” mientras los más ricos declaran menos (subdeclaran) porque cuentan con ingresos informales.
El especialista Eduardo Donza señala que “en lo que respecta a las respuestas sobre ingresos, se consideran, en general, dos posibles orígenes de error de medición: subdeclaración y la no declaración. La primera, se basa en la sospecha de la existencia de una conducta sistemática de subdeclaración de ingresos monetarios por parte de los perceptores, especialmente en referencia a los ingresos provenientes de ganancias, utilidades de capital y transferencias.”
En tanto, el especialista Julio Cesar dice que se ha constatado “que las personas de menores ingresos pueden llegar a sobredeclarar ingresos, por la vergüenza que significa ser identificados como pobres o indigentes o porque, debido a un efecto ¨demostración¨, desean asemejarse a otros sectores de la sociedad”.
La medición de pobreza del INDEC toma en cuenta los ingresos de la población y de los hogares. Si se consideraran además las privaciones en materia de vivienda, educación, salud, etc. (pobreza multidimensional) la pobreza trepa a más del 60%.