Una joven comodorense en situación de discapacidad visual y su reflexión acerca de las carencias en materia de accesibilidad.
Por Brenda Millar Gómez para La Posta Comodorense
Desde 1994, se conmemora en nuestro país, el Día Nacional de la accesibilidad. Ya que se aprobó la Ley Nacional n°24.314. Hoy le festejamos sus 28 otoños.
Que entre tantos artículos que suenan progres e ideales, hace mención a aspectos que absolutamente en un mundo utópico e INCLUSIVO con mayúsculas se deberían cumplir al cien por ciento. Pero sabemos porque no somos ingenuos, que si se cumplen uno o dos de sus artículos fundamentales, ¡ya nos parece un milagro! Y como dice el dicho: Nos conformamos con al menos algo.
Pero… ¿Qué sucede?
Cuando las leyes que se sancionan a nivel local como por ejemplo: El proyecto de ordenanza N°12.376/2016, promulgado por el “honorable” Concejo D eliberante de la ciudad en noviembre de ese año amparándose en la Ley I-N°296 de Sistema Provincial de Protección Integral a las Personas con Discapacidad donde hace referencia a la supresión de las barreras físicas en los ámbitos urbanos y de transporte, con el fin de lograr la accesibilidad a través de la implementación de rampas, pisos antideslizantes y espacios para la ubicación de bastones, muletas y sillas de ruedas en el transporte público e itinerarios peatonales que contemplen una anchura mínima que permita el paso de personas en sillas de ruedas. A lo cual, el proyecto de ordenanza local agrega en los papeles promulgados y convertidos en “leyes de papel, que se vuelan con el señor viento / Eolo” y al día de hoy siguen sin cumplirse ni aplicarse (ni siquiera en al menos un 1 por ciento). La aplicación de Señalización urbana en sistema Braille, en el ámbito público e instituciones privadas y además, la instalación en todo el ejido urbano de nuestra localidad, de Semáforos Sonoros. Que funcionen 24 7, ¡sin ton ni son!
Cuando las leyes que rigen a nivel local, provincial y se amparan por los artículos que dicta una LEY NACIONAL no se cumplen y solo se promulgan para sostener por parte de todos los estamentos a quienes corresponda: “Ya ¡está! Hicimos algo”.
Lo único que se está haciendo, es una violación de derechos de un modo sistemático y perverso. Donde los trámites burocráticos son el “brazo ejecutor” de absolutamente todos los estados, sin importar sus afiliaciones políticas. Con el objetivo de retrasar el cumplimiento de LA LEY DE ACCESIBILIDAD.
Si bien, los primeros párrafos de ésta editorial suenan desoladores y se asemejan a una tragedia Griega, ¡no todo está perdido! y sigue habiendo luz pese a la obscuridad del túnel.
Esa luz se demuestra en la lucha que día a día, se lleva a cabo para que por ejemplo, se instalen y reparen los Semáforos Sonoros que ya tenemos en nuestra ciudad y que se insista de todos los modos posibles: Ya sea con el arte, el cine, las Redes Sociales, los Memes, los medios de Comunicación que visibilizan la problemática de la nula accesibilidad en la ciudad, la literatura, los podcast y la gente que aprende, pregunta y tiene interés o simplemente le genera curiosidad la temática.
Tomamos éste Estandarte de: #Inclusión e #INSISTENCIA hasta el cansancio y lo seguimos elevando, para continuar sosteniendo que deseamos y nos merecemos una #Comodoro #Accesible e #¡Inclusiva! (También en el transporte público), que dicho sea de paso: No cuenta con un sistema de rampas para sillas de ruedas.
Porque el día de la ACCESIBILIDAD es cada uno de los días del año.