Los obispos patagónicos emitieron un documento en el marco de la próxima celebración de la Pascua, en el cual manifestaron su preocupación por la situación del medio ambiente, los problemas de acceso a la tierra y vivienda, las controversias sobre el desarrollo de la megaminería y la situación de los sectores carenciados. En todos estos problemas, advirtieron que el común denominador es la falta de diálogo.
Según diario Patagónico, el mensaje pascual de los Obispos de la Región Patagonia-Comahue lleva la firma de Virginio D. Bressanelli, Obispo de Neuquén y del Obispo de Comodoro Rivadavia, Joaquín Gimeno Lahoz, entre otros representantes de la Iglesia en la región.
“Queremos saludar y bendecir a todos los que habitan en esta bendita tierra de la Patagonia”, comienza el documento. En su reflexión, los miembros del clero indicaron que “desde el diálogo de la resurrección podemos comprender la necesidad de diálogo en nuestra sociedad”.
Sin diálogo
En tanto, trasladaron este pensamiento a la situación regional al decir que “en los distintos niveles de la sociedad argentina y de nuestras provincias patagónicas observamos una preocupante actitud de falta de diálogo” y agregaron que la misma “se advierte en lo familiar, en lo eclesial, en lo laboral, en lo educativo, en lo deportivo, en lo político. Esto nos lleva a lamentables desencuentros, enfrentamientos y divisiones. Por eso, debemos preguntarnos sinceramente si hemos comprendido la importancia del diálogo y si queremos dialogar”.
Nadie es dueño de la verdad
Por otra parte, reconocieron que para dialogar hace falta reconocer al otro, su dignidad, su valor y su aporte original. “Nadie es dueño absoluto de la verdad y para construir una vida más digna para todos necesitamos el consenso, la confianza, la corresponsabilidad y la unión. La falta de diálogo dificulta o impide el compromiso de trabajar juntos por el bien común y, a la vez, produce rupturas que defraudan la esperanza del futuro que aguarda la sociedad”, aseveraron.
“La alegría de la Resurrección nos impulsa a ser constructores de diálogo y fraternidad”, reconocieron y precisaron que hoy “los cristianos, testigos de la Resurrección, queremos ser constructores de diálogo, como encuentro fecundo que promueva el bien común en la comunidad eclesial en sus diversas expresiones; las familias y los hogares, las comunidades barriales y rurales que trabajan en la base social; las instituciones que dan vida a la sociedad, los partidos políticos y las organizaciones sociales; la realidad nacional y toda la familia humana”.
