En lo que va de este año hubo 23 asesinatos y se cree que superarán el récord alcanzado en 2010, con 36 homicidios dolosos. Una comunidad de sólo 173 mil habitantes, preocupada por su inseguridad. El cabo de la policía de Comodoro Rivadavia, Nelson Godoy, venía trabajando duro para afrontar las necesidades económicas de su familia. El y su mujer, Rocío, pasaban momentos difíciles por los problemas de salud de Valentín, el hijo prematuro que ambos tuvieron a los cinco meses y medio de embarazo.
Godoy, de 24 años, ingresó a una estación de servicio el pasado viernes 21 de julio para cargar nafta. Escuchó unos disparos y no dudó. Corrió hacia el lugar de donde provenían los estampidos y tras dar la voz de alto recibió un certero balazo en la frente. Murió tras 24 horas de agonía.
Ahora Rocío, de 18 años, deberá afrontar sola el difícil camino hacia el sueño de la pareja: tener una casa propia y que Valentín se recupere.
Comodoro Rivadavia, ciudad costera de la provincia de Chubut y considerada la capital del petróleo, tiene un nivel de desempleo que apenas alcanza los 4,3 puntos, y escasos conflictos sociales. Datos estos que no se corresponden con la alta tasa de homicidios dolosos, cuyo número trepó a una marca preocupante: en lo que va del año, tras la muerte de Godoy, fueron confirmados 23 asesinatos.
A a este ritmo, según estimó la jefa de fiscales de la ciudad, Adriana Ibáñez, podría superarse ampliamente la cantidad alcanzada en 2011 de 26 muertes violentas en total, y aún la de 2010, con un récord de 36 crímenes. “Con estas cifras en el primer semestre uno puede inferir que terminarán superándose los 40 homicidios en 2012”, indicó Ibáñez a Infobae.com.
Con una población de 173.300 habitantes según los datos arrojados por el último censo, la ciudad es hoy el segundo conglomerado habitacional de la Patagonia. No obstante, según los propios comodorenses, la población creció exponencialmente en los últimos meses por la llegada de un importante número de inmigrantes de países limítrofes como Chile, Paraguay o Bolivia, más un grueso de migrantes locales, que se afincan en la ciudad en busca de un empleo, no siempre logrando los resultados esperados.
¿Cuáles son las razones para que una comunidad del interior del país, con fuentes de trabajo estables, tenga semejante escalada de violencia?
Ibáñez reconoce que esta problemática aún no ha sido motivo de análisis estadísticos ni sociológicos, pero remarca que “en los últimos años ha crecido bastante el consumo de drogas, en especial la cocaína”. Y añade: “En buena parte de los crímenes que han ocurrido no había relación previa entre la víctima y el victimario, lo que nos indica mayormente que se trata de asesinatos en ocasión de robo”.
Es necesario aclarar que el nivel de desempleo oficial se mide en base a la población registrada. Pero, si bien el último censo indica la presencia de 173.300 habitantes, la sensación es que hay más de 300 mil personas, por la llegada de tanta gente en los últimos años. “Muchos se acercan buscando trabajo. Porque gracias al petróleo, al moverse económicamente la ciudad en todos los rubros, hace que sea una ciudad próspera en cuanto a la economía”, describe Ibáñez.
“Esta es una ciudad que tiene un componente poblacional bastante dispar. Tenemos una población estable, nacida en esta ciudad. Pero también hay traslados de personal de las empresas petroleras, de otras provincias a esta, además de una fuerte inmigración, local y regional”, explica la jefa de fiscales.
La problemática social y la inseguridad comenzaron a ser preocupación del mandatario provincial, Martín Buzzi, quien ya envió al ministro de gobierno Javier Touriñán a la ciudad de Comodoro para establecer políticas que permitan resolver la crisis a mediano y largo plazo.
“Si uno lo mira a nivel país, viene dándose una escalada fuerte de hechos violentos, y en este contexto no pasa por tener más policías; o un estado policial. Pasa por espacios de contención”, dijo Touriñán al salir del sepelio de Nelson Godoy. El funcionario, evidentemente, no se puso de acuerdo con la propia policía provincial, al menos al momento de dar declaraciones a la prensa, como veremos más adelante.
Entre tanto, el nivel de agresión, aseguran, no es común en una localidad como esta. “Los testigos ocasionales de los últimos hechos policiales hablan de cierto grado de violencia. De personas «sacadas» según el término vulgar”, afirmó Ibáñez.
Por su parte, Adrián Flores, periodista de la sección Policiales en el diario local Patagónico coincide en que “hay una escalada de violencia con respecto a los últimos tiempos”. De hecho, en los cuatro años que hace que trabaja en el periódico, tuvo que cubrir más de 70 crímenes. “En una ciudad que no es tan grande”, consideró.
Para Flores, llama la atención la cantidad de asesinatos que se cometen con armas blancas y armas de fuego, estas últimas con mayor presencia gracias a su creciente circulación en el mercado negro. El cronista remarca también que Comodoro es una ciudad con “mucha vida nocturna”, con prostitución, drogas y consumo de bebidas alcohólicas.
La inseguridad en esta localidad sureña está lejos de ser una sensación. El mismísimo jefe de la Unidad regional de Comodoro Rivadavia, Luis Butazzi, reconoció hace días que “los delincuentes están ganando la calle”. Y, contrariamente a lo que opina el ministro Touriñán, cree que es necesaria una mayor presencia de personal policial.
Mientras tanto, los vecinos de Comodoro convocaron para hoy a una marcha contra la inseguridad, bajo la premisa de “no quedarse callados y encerrados”.
Por Emmanuel Gentile|infobae.com