Encontró la victoria gracias al peso de sus individualidades. Alario, Pérez, Maidana y Borré la metieron en Mar del Plata para el 4-1. Ya en octavos de Copa Argentina, espera por Defensa o Temperley.
“Felices los cuatro”, canta Maluma. Felices por los golazos y la victoria es la versión adaptada a la excursión de River ante Instituto en Mar del Plata por Copa Argentina. Porque si bien por momentos lo sufrió y estuvo lejos de brillar, encontró el triunfo gracias al peso de sus nombres. Alario, Pérez, Maidana y Borré para el 4-1 que lo metió en octavos de final. Espera por Defensa y Justicia o Temperley.
River saltó al Minella con un esquema distinto al partido con Atlas: salieron Rojas y Pérez para los ingresos de Auzqui y Scocco. ¿Qué buscaba Gallardo? Un equipo más rápido y profundo, sin tanta elaboración y con más vertilicalidad. Por momentos, la intención estuvo a lo largo del primer tiempo, pero en otros careció de conexiones, Nacho Fernández estuvo muy solo – y poco fino- a la hora de construir y Ponzio sufrió a la hora de equilibrar. Además, Instituto contestó con ataques rápidos, especialmente por la izquierda, por la zona de Casco.
La expulsión de Pity Martínez cerca del primer tiempo complicó aún más las cosas, pero la jerarquía lo salvó al equipo de Gallardo: bombazo de Alario para meter el 1-0 en el momento más complicado.
Ya en la segunda parte, Instituto salió a buscar el empate. Providencial Lux para ahogarle el grito a Castelli tras una equivocación de Casco. En un contexto discreto, sin sobrarle, el vuelo individual dijo presente otra vez: entró Enzo Pérez y en la segunda pelota que tocó la mandó adentro con un buen remate de media distancia. Un gol que selló -en parte- la historia en La Feliz.
Instituto, ya con diez por roja a Agüero, volvió a asustar con el descuento de Olego a diez para el final, pero otra vez los apellidos riverplatenses se encargaron de dilapidar las intenciones de los cordobeses: Maidana de palomita tras un córner y el recién llegado Santos Borré, debutando en la red con la Banda.
De todas formas, el resultado no debe tapar el bosque. Gallardo debe seguir trabajando en su equipo, en terminar de encontrar otra vez un once que pueda salir de memoria. Que funcione en la elaboración y generación para ataque y sea sólido para defender. Vital para lo que viene en la Copa Libertadores, el gran objetivo en este semestre.
