Lo ataron de pies y manos y le vaciaron la vivienda

Dos ladrones ingresaron el martes sobre las 20 a la vivienda de una comerciante del barrio San Cayetano y tras amenazar con cuchillos al hijo adolescente de la mujer, que se encontraba solo, lo dejaron…

jueves 08/09/2016 - 10:03
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Dos ladrones ingresaron el martes sobre las 20 a la vivienda de una comerciante del barrio San Cayetano y tras amenazar con cuchillos al hijo adolescente de la mujer, que se encontraba solo, lo dejaron atado de pies y manos. Se llevaron un televisor LED, un teléfono y la recaudación del negocio. «Yo quiero justicia, vivo de mi trabajo, pago los impuestos y quiero seguridad, yo no salgo a robar», reclamó la comerciante que ahora piensa en electrificar las rejas de su kiosco.

Foto El Patagónico

Foto El Patagónico

«Entraron pensando que quizás no había nadie, y lo encontraron a él. Estaban a cara descubierta. Eran dos, con cuchillos», contó ayer la comerciante que el martes a las 20 sufrió un violento robo en su vivienda de la calle 649 al 1.900 del barrio San Cayetano.

Cuando Delia salió de la vivienda, dos asaltantes ingresaron a la casa por el portón del frente. Lo hicieron en medio de la oscuridad. Cuando abrieron la puerta, se encontraron con Yanko, su hijo. Uno de los delincuentes no dudó y le tiró un puntazo. Yanko dice que lo esquivó, pero inmediatamente lo redujeron y lo ataron de pies y manos.

El joven mostró las muñecas coloradas por las ataduras después de haber estado durante 45 minutos amarrado.

«Estaba temblando, y cuando estaba atado me esperaba un puntazo. Estaba re nervioso. Ellos querían plata», cuenta Yanko.

Los delincuentes le pedían dinero. Sacaron todo lo que tenía la caja registradora del kiosco y en media hora revisaron todas las habitaciones. Tomaron una sábana de la cama de Delia y allí pusieron gorras, ropa de Yanko, su documento, su teléfono celular, el televisor LED y todo lo que encontraron.

«Vamos a esperar a tu mamá», le advirtieron. Yanko les pidió que no lo hicieran, que se fueran. Dice que si estaba su madre y su hermana, no hubiese dejado que nada les pasara a ellas. Al estar solo, se resignó ante los delincuentes, según publica El Patagónico.

Uno de los asaltantes cometió el grosero error de alguna vez haber ido a comprar. Sus ojos verdes ya habían sido vistos del otro lado del mostrador del multirrubro «Ave Fénix». Quizás esa pista será la que siga la Brigada de Investigaciones que busca con cámaras de seguridad para tratar de reconstruir la huida de los delincuentes.

«Ningún vecino vio nada», se lamenta Delia, pese a que los delincuentes salieron con un televisor a cuestas. Cree que nadie quiere comprometerse.

«Se está poniendo re heavy», sostuvo Yanko sobre la inseguridad. «Yo me conformo que él esté bien, pero cuando veo todo desordenado, que se llevaron lo que a uno le cuesta tanto, te da impotencia, porque yo trabajo muchas horas para alimentarlos a ellos. Y que vengan y se lleven todo, y que después la policía los agarre y los suelte. Porque los van a soltar. La justicia no hace nada, pero si yo que trabajo 12 horas por día no pago mis impuestos, ahí nomás pegan el grito en el cielo», reclamó Delia ante este diario.

Electrificar las rejas

Nosotros estamos enrejados, y ellos en libertad. Me asaltaron una vez con armas. La impotencia que te da es que no sabes cómo hacer», señaló la comerciante.

Ayer Delia contrató a un trabajador para que eleve el portón, que ponga más rejas y que electrifique las rejas del comercio. «Es que yo vivo de esto. Han venido a ofrecerme cosas acá y les he dicho que no, lo que tengo lo compré. Les enseño a mis hijos el principio de no robar, pero estamos desprotegidos», afirmó Delia.

Para la comerciante la solución no es que vuelvan las cuadrículas –lo que otras víctimas piden a gritos– sino «acá lo que hay que solucionar es la Justicia».

Ella le repite una y mil veces a su hijo que si algún día llega a ser detenido, «se quedará ahí» por haberse mandado «una macana, porque él sabe lo bueno y lo malo».

«Tienen que cambiar las leyes, no puede ser que un preso robe, mate, y que ande en libertad. Hay cosas que no entendés, porque después vienen y me cobran impuestos. Yo tengo que pagar los ingresos brutos, pero si yo pago los impuestos es para que haya policía, seguridad», analizó Delia.

La Policía efectuó allanamientos vinculados a la causa, uno en el barrio 30 de Octubre y otro a una cuadra del comercio asaltado. Los autores ya están identificados y se aguarda sus detenciones.

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