En lo que va de marzo, el informe que realiza la consultora Diagnóstico Político registró que los piquetes y cortes de calles crecieron 442% en los primeros 15 días de este mes en la Ciudad de Buenos Aires. Hubo 62 interrupciones de tránsito, contra 14 de febrero y 53 del mismo mes de 2016. En 73 días de 2017 ya se realizaron 93 piquetes en la capital.
Previsible aumento de la conflictividad social en lo que va de marzo a raíz de la constelación de conflictos salariales y sociales que enfrenta el gobierno nacional, especialmente con los docentes pero también con organizaciones sociales que reclaman por planes y trabajadores de varios sectores afectados por los despidos. Según el adelanto del último informe de la consultora Diagnóstico Político, los piquetes y cortes de calles crecieron 442% en los primeros 15 días de marzo.
Se trata de cálculos preliminares que publicó este martes (21/3) el diario Ámbito Financiero y que revala que hubo 62 interrupciones de tránsito, contra 14 de todo el mes de febrero y los 53 del mismo mes de 2016.
En los 73 días que lleva 2017 ya se realizaron 93 piquetes en la Ciudad de Buenos Aires.
En 2016, la capital tuvo 644 piquetes. Pero la provincia de Buenos Aires la superó con 1190. En el total del país hubo 6.491.
Los números que anticipó la consultora que dirige el politólogo de la UCA y magister en Políticas Públicas de Flacso, Pablo Giusto, indican que hubo cuatro cortes por día en lo que va de marzo, en promedio. Se contabilizaron las movilizaciones de la CGT, las CTA, los movimientos sociales, los grupos estudiantiles, sindicalistas de izquierda, los docentes y trabajadores despedidos de diversas empresas.
También se contabilizó el paro nacional de las mujeres con caminata a Plaza de Mayo del 8 de marzo.
«Vamos camino a una cifra abultadísima para el mes», anticipan los especialistas de Diagnóstico Político.
«Si bien es obvio el tinte político de la mayoría de los reclamos, al tiempo que nos adentramos en el año electoral, está claro que hay un trasfondo económico negativo que potencia esto y, lo más grave: se agotó definitivamente la aparente estrategia del gobierno de ‘dejar hacer en la calle e ir conteniendo sector por sector'», dijo Giusto.
«Todo lo que el Gobierno concedió en los meses previos no se tradujo en paz social y, como era de esperarse, sobre todo en el caso de las organizaciones sociales, estor grupos no exhiben límites en sus demandas y no piensan resignar su presencia en la calle, ante los enormes réditos obtenidos con esa metodología. El Gobierno fue increíblemente naif en ese sentido», sostuvo.
“Se acabó la luna de miel de su primer año y ahora debe sí o sí hacer algo con los piquetes en pleno año electoral y, por otra parte, sin una idea clara de cómo hacerlo, al menos no la han exhibido», concluyó el consultor.
