Caso Espinosa: Carrió apuntó a los dueños de Conarpesa

La séptima jornada de audiencia en el juicio por el crimen del empresario pesquero Raúl «Cacho» Espinosa, arrancó este jueves en los Tribunales de Puerto Madryn con la declaración de la diputada nacional, Elisa «Lilita»…

viernes 08/07/2011 - 8:50
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La séptima jornada de audiencia en el juicio por el crimen del empresario pesquero Raúl «Cacho» Espinosa, arrancó este jueves en los Tribunales de Puerto Madryn con la declaración de la diputada nacional, Elisa «Lilita» Carrió,  quien se reunió con el empresario pesquero antes de su asesinato.

Dijo tener grabaciones en el contestador de su casa en donde el hijo de unos de los propietarios de Conarpesa culpa a los Álvarez Castellanos por el asesinato.

La legisladora sostuvo en un tramo de sus declaraciones frente al Tribunal que «en Puerto Madryn todo el mundo sabe» lo que sucedió en el asesinato de Espinosa.

Detalló también -después de un largo repaso por sus desdichas personales relacionadas con la actividad política, que leyó «todo el expediente» antes de entrevistar a Lorena Gabarrús, una conversación que «tengo grabada», precisó.

«También tengo grabados mensajes que dejó Juan Alvarez Castellano, en un (teléfono con) fax que tenía en mi casa, donde decía que su padre había mandado matar a Espinosa», agregó.

Según la dirigente, Gabarrús le dijo también que Espinosa había aportado «60 mil dólares para la campaña de Néstor Kirchner» y que el extinto había mantenido una conversación con el hoy ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, sobre las actividades de Conarpesa.

«Ella creía que esa información la usó De Vido para sacar más plata a Conarpesa», indicó luego. «Creí que el pueblo de Chubut merecía justicia, por que si no cualquiera puede matar a cualquiera a través de sicarios, sin que pase nada», subrayó al explicar los motivos por los que se involucró a fondo en la investigación, a la cual «nunca quise politizar», por que «había un muerto y con los muertos no se hace política», afirmó.

Repasó Carrió en extenso y en detalle su conversación con Espinosa, que «fue pública» y en las instalaciones de San Isidro. «Parecía un capitán de barco, gesticulaba, era muy simpático, gritaba y se enojaba», dijo al describir la expansiva personalidad de la víctima.

«Me dijo: ´este país chorrea para afuera´» al responderle a una consulta sobre «la droga» vinculada a las actividades pesqueras. En aquella conversación, Espinosa habló además de la existencia «de coimas en los permisos de pesca en Chubut y en Santa Cruz».

Contó también que se llevó, aparte de la información, «dos cajas de langostinos» obsequiadas por Espinosa. «Los comimos esa misma noche y estaban riquísimos», dijo para envidia del Tribunal y de los cronistas, que a esa hora comenzaban a sentir los efectos de la larga mañana en sus estómagos.

La encargada de colectar las pruebas que había ofrecido el empresario, «era Graciela Ocaña» quien «después se fue con el Gobierno». Pero esas pruebas nunca llegarían. «No sé en qué lugar estaba haciendo campaña y aparecí en una foto del diario Clarín, saliendo de San Isidro con Espinosa. Quedé conmovida porque Espinosa debía aportarnos las pruebas y eso pesó sobre mi conciencia de una manera terrible», recordó al hablar acerca del modo en el que se enteró del asesinato de aquel «capitán de barco» que parecía «sacado de las películas».

Más allá de su afán evidentísimo por colocar a Néstor Kirchner y al kirchnerismo en el marco de la investigación, para los abogados querellantes el testimonio de la candidata a Presidente de la Coalición Cívica, refuerza «indicios y probabilidades» que ameritan la convocatoria de los empresarios Héctor Antonio, Juan Alvarez Cornejo y Fernando Alvarez Castellano. «Por lo menos, que vengan a juicio y digan que no lo hicieron», precisó uno de los letrados en diálogo con Rawsonline.

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