Carlos Omar, una voz que no se silencia después de 55 años

Se preguntarán todos si locutor se nace o se hace. Y si a alguien se le ocurre pensar en El Locutor piensa en él, en «El Canoso», en «el Viejo», como lo suelen llamar afectuosamente…

domingo 03/07/2011 - 20:00
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Se preguntarán todos si locutor se nace o se hace. Y si a alguien se le ocurre pensar en El Locutor piensa en él, en «El Canoso», en «el Viejo», como lo suelen llamar afectuosamente y con respeto. Porque es él a quien elige la gente cada mañana, es como Sandro de América y sus chicas: las chicas de Omar tienen todas las edades, y a ellas les encanta escuchar que la vida, la vida misma, recién empieza a los 20 ó a los 40 o a los 60… qué más da. La ciudad está acostumbrada a despertar con su nombre; la pava, el mate y Omar son las primeras actividades que muchos comodorenses hacen cada mañana.

Y ahí está el Canoso, transitando los pasillos de la radio, ubicada en pleno centro de la ciudad. Lo hace de la misma manera que en sus comienzos, cuando subía y bajaba las escaleras de LU4 y más tarde las de Radiovisión. Curiosamente, las tres radios tienen en común las escaleras para llegar a los estudios. La diferencia de la actual y las dos anteriores es que ahora es «su radio». Y que otro peldaño se puede subir con este locutor. ¿Con qué más nos puede sorprender? Si hasta se tomó el «trabajo» en la vida de fabricar clones que tienen su misma voz, sus mismas ganas y su mismo amor por la gente y por la radio.
Una radio que comenzó a forjarse de alguna manera hace unos 55 años, cuando el pibe de entonces repartía su interés por el micrófono con el trabajo en la administración de la entonces petrolera estatal Y.P.F. y el servicio militar. Sí, el servicio militar, un dato no menor que revela la edad de ese entonces, tan solo 19/20 años.
Hoy, sentado en su oficina, donde pasa gran parte de su tiempo cuando no está frente al micrófono y en el hogar, Carlos Omar está en esa larga transición del retiro «…que iba a suceder cuando cumpliera los 50 años en la radio, y ya estoy pisando los 55 de profesión», confiesa con alguna risa que te dice sin decirlo «…¿y qué querés que haga?… me tira».
El despertador suena de lunes a viernes a las 4 de la mañana, sigue una buena ducha, desayuno, armado del programa y algunos gritos antes de entrar al estudio para dejar la garganta caliente, hasta que se escucha el «Hola, hola, muy buenos días….»

-Han pasado los años y hoy Carlos Omar ha sobrepasado al hombre, ya es una institución, algo que me imagino es el resultado de muchísimos años de trabajo…
-Son más de 50 años, comencé a los 19 años, estoy en los 74… es simple sacar la cuenta….

-Eso es algo que me llamó la atención. En algunas charlas que he tenido con gente que trabajó con Ud ha mencionado que cuando estaban trabajando «Omar se tuvo que ir a hacer el servicio militar». ¿Era común estar trabajando a esa edad en el medio?

– Para mí fue fácil, el servicio lo hice en el Comando. En esa situación, estando en el servicio, de la radio siempre me llamaba alguno para presentar un espectáculo, algún programa especial o algo. Ese era mi inicio; cuando me tocó el servicio recién hacía uno o dos años que estaba en esto.

-¿Y cómo fue el inicio en el trabajo de la voz?

-Yo trabajaba en la administración de Y.P.F. y estudiaba, y mis planes eran irme a Buenos Aires para seguir Abogacía, que era lo que me gustaba. Y bueno, siempre me entusiasmó lo de la comunicación, pese a que en ese momento solo había una radio (LU4), no había otras ni tampoco televisión. Así que un día fuimos con un amigo, Domingo Herrero, que también trabajaba en la administración de Y.P.F. y vimos a alguien que había llegado de Buenos Aires y puso una agencia, la primera: Excelsior Publicidad, y trajo la innovación de programas distintos, con público, con presentaciones, concursos, humorísticos… era la única radio que estaba en la Patagonia junto a LU12. Y con Domingo fuimos a un concurso que se llamaba «Ustedes serán los artistas», en donde había un pianista que tocaba y había que identificar el tema, después había que tararearlo, después chiflarlo, hacer un sketch con las locutoras de entonces… y ahí nos empezó a gustar e íbamos seguido. Y ya había algo… A (Jorge) Canet hubo algo que le comenzó a gustar y nos puso el ojo, y así empezamos a trabajar, primero gratis por un tiempo en distintos programas que se hacían en la radio, como la audición infantil de Casa Canela, que conduje mucho tiempo… hice de todo.
Un día Canet decidió irse y nos propuso comprar la agencia, a Negri, Herrero -que después se fue- y Bladilo; pero no teníamos un peso, así que le pedimos plata prestada a cuanto portugués había en Comodoro porque eran los que tenían plata… Nos endeudamos y la compramos, y con el paso del tiempo quedó en manos de Bladilo y mía por 40 años. Cuando se deshizo fue de común acuerdo y ahí nace Carlos Omar Producciones.

Las mañanas alegres
-¿Y Mañana Alegres cuándo nace?

-Nosotros hacíamos un programa de 15 minutos a Casa Herrada, que hoy es Don José Hogar. Iba de 8 a 8.15, leíamos noticias, dábamos información… pero nos tentábamos tanto que el director de la radio -don José Álvarez Lorenzo- cada dos por tres nos llamaba y nos retaba, hasta que un día nos dijo que hiciéramos un programa informativo serio o hiciéramos algo cómico o nos rajaba de la radio… Ahí comienza la actividad de Canal 9 y Negri se inclina por la televisión y sigo solo. Al principio eran 15 minutos, después de media hora, una hora, hora y media y fue creciendo…

-Vino el paso luego de AM a FM…
Sí, estuve 30 años en LU4 y Ricardo Astete me sugiere ir a su radio y me hace una oferta atractiva y allí me fui, mientras seguía siendo agencia de publicidad. Y con el paso del tiempo mis hijos, mi familia me seguían tentando con el emprendimiento personal y nace Radio Del Mar.

-¿Lo de la voz es algo hereditario o hay estudio detrás?

Hereditario no sé, a lo sumo los gritos de mi viejo…

-Pero el tono de voz… hoy al escucharlos a Claudio o al Oso (sus hijos) tienen un tono muy parecido…
-Me imitan en realidad (risas)… Seguramente debe haber algo de hereditario de mi viejo o mi mamá, pero no he estudiado.

-¿Cómo se define: como un locutor?
¿cómo una persona con un don, con mucho trabajo detrás, o con ambas cosas?
-Yo tuve mucha facilidad, desde mis comienzos al hecho de practicar, donde me aceptan, tanto quienes me dieron la oportunidad de trabajar como los mismos oyentes… se ve que el pibe les agradaba y seguí. Hace algunos años había decidido alejarme de esto y dejarle el lugar a mis hijos, pero me convencieron que no, que mientras estuviera bien de salud y no tuviera problemas en las cuerdas vocales y mientras la chochera no aparezca en el micrófono, siguiera… ya les dije a mis hijos que cuando ocurra me digan y chau, a descansar.

-Es Ud. muy estricto

-Sí, lo soy conmigo mismo, no estructurado, pero sí ordenado; me gusta cumplir los horarios. Hoy me levanto más temprano que cuando tenía 30 años: yo a las seis de la mañana estoy en la oficina preparando mis cosas cuando el programa comienza a las 8. A las 4 me levanto con mis ritos desde el baño hasta el desayuno.

-Sabe que es uno de los principales locutores de la ciudad?
-No lo sé, tal vez esto se deba al haber perdurado. Creo haber tenido siempre el respeto por el oyente. Eso debe haber sido una ayuda también. Nunca me olvido de mis orígenes.

La entrevista termina y Carlos Omar continúa con sus actividades recreativas y de descanso del fin de semana. Ya llegará el lunes y la semana de radio volverá a comenzar, bien temprano, desde las cuatro de la mañana, para organizar y preparar todo para el programa que arranca a las ocho.
A través de este breve historial de un hombre que es sinónimo de radio, vaya una salutación para todos los hombres que dedican su pasión y condición natural a esta rama de la comunicación que hoy está recordando su día: a todos los locutores, feliz día.

Fuente: Diario Crónica

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