Otra vez los teutones. Como en 2014 en Brasil, como en la reciente final del Mundial Sub 21, o como sucedió ahora en Rusia.
Con titulares o con un equipo alternativo, como en este caso, los campeones del mundo volvieron a imponerse. Esta vez fue en la final de la Copa Confederaciones, derrotando por 1-0 a Chile.
Los trasandinos habían arrancado mejor en la primera parte, presionando y generando situaciones de riesgo. Pero a los europeos, con un proyecto serio desde hace varios años, no los podés perdonar. Si lo sabrá Argentina. Y ahora el que sufrió fue Chile, porque no pegó cuando pudo hacerlo y lamentó un error notorio: Marcelo Díaz se equivocó en la salida, los europeos presionaron y Stindl anotó el único gol del partido.
En los últimos minutos del primer tiempo, Alemania jugó con la desesperación trasandina y hasta pudo haber ampliado la diferencia. Perdonó también, pero no lo lamentó. Porque Chile sintió el desgaste: le costó en gran parte del complemento y sólo en los minutos finales, con más corazón que juego, apretó y tuvo dos oportunidades: una de Sagal que la mandó por arriba del travesaño y un tiro libre de Alexis Sánchez desviado por Ter Stegen, arquero alemán.
Joachim Löw, cabeza visible de Alemania, suma una nueva estrella y se vuelve a su país con certezas y variantes pensando en la Copa del Mundo de 2018. Para destacar también lo de los chilenos, que jugaron su tercera final consecutiva y ahora deberán luchar para llegar al Mundial de Rusia.